Charlando con mi hermana, acerca del COVID, me comentó que en el corporativo donde trabaja le dieron una plática sobre salud en el trabajo, a propósito de la pandemia. Quien les dio la plática es una doctora cubana que radica en México desde hace tres años (Marycarmen Hernández, con especialidad en neuropsiquiatría) y forma parte del equipo de trabajo del área de recursos humanos.
Una de las responsabilidades de la doctora Maricarmen es apoyar a las personas que han tenido COVID-19, que tienen familiares con la enfermedad o bien aquellas que viven en duelo por la pérdida de un ser querido, me comentó.
“La verdad es que muchos de nosotros estábamos un tanto escépticos de lo que esta persona nos podría aportar y llegamos apáticos a la sesión, era más por cumplir una instrucción que por interés; sin embargo, su plática nos atrapó al explicarnos por qué este virus está matando a tanta gente por el simple hecho de… respirar”, reconoció.
«La doctora se enfocó en lo que el virus le hace a tu cuerpo al entrar por las vías respiratorias e incrustarse en los glóbulos rojos, que son los que llevan la sangre a todo el torrente sanguíneo para estacionarse en aquellos órganos del cuerpo enfermos o débiles o bien apoderarse de aquellos sistemas inmunes deteriorados por la mala alimentación, la falta de ejercicio e incluso de sueño».
Señaló que, además, “si eres de los afortunados que libran la enfermedad, tienes que aprender a vivir con situaciones que antes de este virus no existían”, pues hay secuelas que durarán de por vida, o bien algunas que con el paso del tiempo serán menos agresivas, “pero aún no sabemos cómo va a reaccionar tu organismo a ellos”.
Enfatizó que el COVID no es como casi todas las enfermedades que, con algún medicamento, sea alópata u homeópata, uno se cura por completo, sino que, aunque uno haya sido dado de alta, “el virus sigue en tu organismo, y los anticuerpos que generaste te ayudarán a no volver a recaer, pero cada espora de este virus viaja por tu sangre y es entonces cuando de cabeza a pies y dependiendo de qué tan débil hayas quedado, vienen las secuelas”.
Entre las secuelas que se pueden presentar se encuentran: dolores intensos de cabeza, mala visibilidad, dentadura débil o careada, dolor u opresión en el pecho, como si fuera angustia; dolor de estómago, distensión y dolor en articulaciones. Eso aunado a los problemas como la irritabilidad, el insomnio y la depresión, o los cambios constantes de humor al pasar de la alegría al llanto.
Sin embargo, no todo fue malo, habló también de cómo podemos ayudar a nuestro cuerpo a través de una buena alimentación, ejercicio y respetando nuestras horas de sueño.
- “Las hormonas como la dopamina y la serotonina hacen acto de presencia cuando nuestro cuerpo las necesita, pero nuestros malos hábitos las anulan o hacen desaparecer y luego nos preguntamos por qué estamos cansados, tristes o ansiosos. No necesitamos un maratón de series o problemas ajenos que pasan en las telenovelas, también eso es alimento visual malo para nuestro organismo”.
- Aliméntate con todo lo verde que hay en la enorme gastronomía mexicana, que es de las más ricas que hay en el planeta, porque así oxigenarás tu organismo.
- Toma vitaminas C, B y todas aquellas que ayuden a fortalecer tu cuerpo.
- Dejemos la droga del azúcar que debilita y daña nuestro cuerpo, las fritangas y los dulces para un día de fiesta, no como parte de nuestra ingesta diaria.
Señaló que, a pesar de estar vacunados y de que autoridades y gobiernos digan que con ello el uso del cubrebocas sale sobrando, su uso debe seguirse considerando para evitar las famosas terceras olas, “sobre todo porque nosotros al hablar no vemos las micropartículas que emitimos y porque este virus, al igual que muchos que han surgido para atacar al ser humano, mutan y se vuelven más agresivos”.
“El hecho de usar el cubrebocas adecuado nos protege y nosotros protegemos a nuestra familia y seres queridos”.
Por lo mismo señaló que el cubrebocas de tela no hace mucho para proteger simple y llanamente porque interfieren los materiales de que están hechos, las fibras, el algodón, ella recomendó el N95 o el tricapa.
Finalmente, comentó: “Regalémonos bienestar y salud a partir de lo que comemos para ayudarnos a acabar con esta pandemia”.