El regreso a clases está decidido, pero también la idea de que, desde el gobierno, no se obliga a nadie a lo que no quiera. Eso abre la puerta a que los niños de educación a distancia no se vean apoyados por un profesor en forma, sino por funcionarios escolares «en la medida de sus posibilidades»
El Boletín 181 de la SEP es enigmático por fuerza en algunos de sus pasajes; por un lado intenta cumplir la orden de regresar a clases del Presidente, quien está convencido de la necesidad de ello y, como en pocos temas, es apoyado en ello por algunos de sus detractores. Pero la SEP también se ve en necesidad de dar cabida a la idea de no hacer nada por la fuerza, por lo que se decide mantener el acceso a los servicios educativos a distancia de quienes opten por el confinamiento preventivo.
El conflicto práctico comienza al tratar de entender quién le dará clases a esos niños que, por decisión de los padres, no regresen a su escuela este día 30 de agosto. Está decidida la continuidad de los programas de educación a distancia Aprende en Casa, Jóvenes en TV y Bachillerato en TV, pero no es nada claro quién dará las clase remotas a quienes vean estos programas de apoyo, ¿el profesor de grupo dobleteará y hará las presenciales para luego repetirla ante la cámara? ¿los alumnos a distancia sólo tendrán a su maestro en los días en el sistema mixto y sólo en los días en el que la totalidad del grupo reciba clases remotas?
La falta de claridad en ello se hace evidente cuando Crónica consulta a profesores de educación básica. “No está defindo”, es lo que muchos argumentan, pero está claro que el Boletín 181 está dando una salida que dejaría a los alumnos de educación básica a distancia en franca desventaja:
“Quienes opten, de forma voluntaria, por no llevar a su hija, hijo o pupilo al servicio educativo presencial, deberán inscribirlo o reinscribirlo en el nivel educativo que corresponda y una vez que se incorpore a clases presenciales, se realizará una valoración diagnóstica”, reza el texto oficial de la SEP, “Las autoridades educativas locales reportarán a la SEP el número de educandos registrados en esa modalidad, para revisar el grado de población escolar que se encuentre en ese supuesto”.
Y viene el punto crucial: “De esta manera, autoridades, asesores Técnico Pedagógicos y equipos técnicos podrán, dentro de sus posibilidades, brindar seguimiento y atención a quienes optaron por no acudir al servicio educativo presencial”.
En efecto, personal escolar que no es maestro se verá involucrado en el seguimiento y atención de estos alumnos, “en la medida de sus posibilidades”.
“Hay que esperar, pero puede ser que esto sea una presión para aquellos padres que no nos envían a sus hijos”, concluye una maestra de educación básica del área de Contreras que ya tuvo sus primeras reuniones con el consejo técnico. De allí salió con la claridad de que no atenderá a los alumnos a distancia que deberían quedar enrolados en su grupo.