En plantel en el estado de Sonora es habitado, no por estudiantes, sino por las y los damnificados de las fuertes lluvias
En plantel de Empalme del Colegio de Bachilleres del estado de Sonora es habitado, no por estudiantes, sino por las y los damnificados de las fuertes lluvias del fin de semana que afectaron a los municipios de Empalme, Guaymas y San Carlos.
No queda nada, me dijo mi esposo, no creas que vas a hallar nada bueno, me dijo. Hay un desastre. Rosa Amelia Armenta Ibarra, damnificada colonia Pitic.
Francisco Antonio, es albañil y el viernes cuando vio las fuertes lluvias trató de reforzar su casa hecha de madera de segunda mano y lámina.
En mi pie me pasó arreglando el techo de mi casa, me corte con una lámina, me cosieron 12 puntadas, en la pura planta del pie y ya que llego del hospital me dijeron que no existía nada de mi casa, que todo se lo había llevado el agua. Francisco Antonio Uruchurtu, damnificado colonia Pitic.
Vive por ahora en el albergue lejos de su mujer, su hija y su hijo, pues tiene el riesgo de infectarse si va a una zona llena de lodo y basura. La colonia Pitic, en Empalme fue una de las más afectadas.
Todo esto ya va para la basura, los colchones, todo esto ya no sirvió, ya está muy feo, todo, la ropa, todo, también va pa fuera ya, estamos sacando todo para limpiar porque apesta mucho. Aquí vivimos tres, mi esposo que es discapacitado, esta operado de la columna, la niña de 16 años y yo. Reyna Ivette Sarabia, damnificada colonia Pitic.
María Carlota Padilla García es una mujer sordo muda, madre soltera y ama de casa, que durante años ha mejorado la casa de sus abuelos, hace poco había comprado a crédito muebles y ropa, Grupo Imagen la acompañó cuando regresó a su casa por primera vez tras la inundación.
Se me hace una pena porque mi hija es estudiante de enfermería y pues allá está su ropa y todo eso echado a perder, sus zapatos, cosas importantes que ella tenía para ir al hospital, ropa blanca que fácilmente no se puede limpiar. María Carlota Padilla García, damnificada colonia Pitic.
Todas ellas y ellos son atendidos en el albergue del Colbach, pero siguen preguntándose cómo recuperarán sus patrimonios cuando sus casas estén limpias pero vacías.
