La ola de violencia en Morelos se intensifica con un nuevo acto de barbarie. El periodista Roberto Carlos Figueroa fue secuestrado y brutalmente asesinado este viernes en Huitzilac, sumiendo a la sociedad en el miedo y la indignación. La Fiscalía de Morelos ha iniciado una investigación, pero ¿dónde estaba la seguridad del estado para evitar este trágico desenlace?
Personas cercanas a Figueroa revelan la cruel realidad detrás de su desaparición. Fue privado de su libertad por la mañana, y su familia recibió llamadas extorsivas exigiendo un rescate que, desafortunadamente, fue pagado. Más tarde, su cuerpo sin vida fue encontrado dentro de un coche en la carretera Federal México-Cuernavaca, junto al cadáver de otra víctima.
El periodista, conocido por su crítica al gobierno de Cuauhtémoc Blanco, dirigía el portal «Acá en el Show» y mantenía una videocolumna donde denunciaba abiertamente la corrupción y la inseguridad en la región. ¿Acaso su valiente labor lo llevó a ser objetivo de la violencia desatada?
Mientras tanto, el gobierno de Morelos condena el repudiable asesinato y ofrece sus condolencias a la familia del periodista. Sin embargo, las palabras vacías de las autoridades no pueden ocultar la falta de acción efectiva para garantizar la seguridad de los periodistas y combatir la impunidad que alimenta estos crímenes. La sociedad exige justicia y protección para quienes arriesgan sus vidas en busca de la verdad.